Al regresar del infernal ruido de las cacerolas, frente al televisor, me enteré de que miles de porteños (el electorado mimado del kirchnerato que sin embargo vota a cualquier otro) estaban haciendo lo mismo en casi 15 puntos de Buenos Aires. Dicen por ahí que la protesta comenzó en Recoleta y Barrio Norte, aunque en Plaza de Mayo -por lo menos lo que yo ví- había gente con más pinta de Almagro y Balvanera que de Avenida del Libertador.
De repente -estaba viendo la transmisión de América-, la periodista anuncia: "Se está retirando la Policía Federal". Minutos después, agregó: "Vienen bajando las columnas de Luis D'Elia por 9 de Julio". Obviamente, la gente salió corriendo y en cuatro minutos la Plaza estaba copada por los autodenominados piqueteros.
Me corrió hielo por la nuca. Me quedé con la boca abierta. La Policía Federal había liberado la zona para que el ejército de calle kirchnerista dispersara y acallara una protesta opositora. Lo mismo que Moyano hacía en Entre Ríos (donde por cierto hace dos años que los piquetes mantienen incomunicado al Uruguay). Uno es el dueño de Plaza de Mayo, el otro es el dueño de las rutas.
A esa altura ya no importaba quién carajo tenía la razón. Muchísima gente que no tenía nada que ver con el campo se plegó a la protesta. Gente que está harta de la violencia y la desunión que alimenta el Ejecutivo. Harta de una manera de hacer política. Gente que se manifestó en contra de un discurso dirigido a los ignorantes y a los resentidos. Parecido a "o están con nosotros o están con ellos", que, salvando las distancias, al fin y al cabo es como piensan los autoritarios ensoberbecidos.
Hoy lo volvieron a hacer.
Demagogia
Tanto autoritarismo, un 26 de Marzo -y de 2008-, suena repulsivo. Y que encima la Presidenta haya comenzado su llamamiento a la desunión con una referencia a la Dictadura, realmente asquea. Algo había anticipado Horacio Verbitsky en su columna del domingo donde omite mencionar a la Federación Agraria (metiéndola en la misma bolsa que a la Sociedad Rural) y cita un artículo donde se asegura que el campo en realidad está en manos de pequeños productores y no de capitales provenientes de sectores ajenos al agro.
¿Es como un círculo vicioso no? El Gobierno echa nafta al fuego y una protesta desbordada le responde con más fuego, lo cual permite a las huestes K afirmar que "son los oligarcas de siempre que no quieren un gobierno nacional y popular".
Mañana, una demostración de poder dominará Plaza de Mayo a las 18 horas. Néstor Kirchner convocó a "la militancia". Y volverán a echar más nafta al fuego. Y seguirán amenazando. Y todos seguiremos esperando.
Nunca fui un hombre religioso, pero quiera Dios que no pase nada.
['Cristina puso una fábrica de piquetes' - Adrián Simioni]