Analizando la estrategia de campaña del oficialismo, llamada "hacer la plancha" por los medios porteños, quiero remarcar dos ejes fundamentales: el delineamiento del futuro de la administración CFK desde antes de comenzar; y la total y absoluta inexistencia de una oposición real.
Sobre el primer aspecto se destaca la campaña en Europa, mostrando a propios y ajenos un perfil más "internacionalista" de Kirchner - 2do acto, intentando atraer capital extranjero a una república ya devastada por el capital foráneo y vernáculo, y al mismo tiempo revelándose menos "chabacana" que Kirchner - 1er acto (o Menem Revisited).
En el segundo eje, podemos incluir al primero. La atomización de la oposición, incapaz de dejar de lado ambiciones personales, entregada casi abyectamente a un proyecto de país que no difiere mucho con el actual (si no fuera así, hubieran llegado a un acuerdo), y la falta absoluta de coherencia son los principales responsables del casi seguro triunfo de CFK el domingo. Digo casi seguro pero no me baso en las encuestas, me baso en lo que veo. "Impresentable" dijo Diego Maradona sobre Elisa Carrió ayer, y aunque no lo veo sentado en el panel de Claudio Fantini coincido en su apreciación. Si se concreta, el segundo puesto de Lilita se lo deberá en gran parte a la estrategia de la Rosada, puesto que con el ventilado juicio por "calumnias e injurias" la convirtieron en una especie de heroína destinada a atraer muchos votos opositores además de los propios... quitándoselos a Lavagna, el temido ex-Ministro de Economía apoyado por Duhalde. Es decir, la oposición está tan ninguneada que el Gobierno hasta se dio el lujo de elegir rival. "Total, es una incoherente y se va a caer" -habrán pensado-, y así lo hizo, mostrándose con López Murphy y llevando a de Prat-Gay, un chef de la misma escuela, a un eventual gabinete. El posible rival que aúne los votos anti-K, tiene 4 años para posicionarse como tal: Mauricio Macri. Una buena gestión y alianzas con el lopezmurphismo y sectores del duhaldismo son los puntos claves.
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¿Entonces, qué hago el 28? Para elegir Presidente la cuestión es clara: o Cristina o un proyecto bien diferente, que obviamente tiene 0% chances de ganar pero que con una buena base de votos pueda constituirse en una opción a futuro. Eso sí, los otros, ni loco (Carrió, Lavagna, López Murphy).
Pero lo que más me interesa, es la elección de Diputados Nacionales. Se renuevan 9 bancas (actualmente FPV 5, PN 2, UCR 2), y los candidatos que aparecen con más posibilidades son:
Adrián Bongioanni (Recrear/PRO - López Murphy),
Heriberto Martínez y Silvia Storni (UCR - Lavagna),
Cecilia Merchán, Guillermo Marianacci y Ma. Eugenia Taquela (Frente Córdoba Nueva - CFK),
Griselda Baldata y Juan Carlos Vega (ARI - Carrió),
César Albrisi (AR - A. Rodríguez Saá),
Héctor del Campillo (UNA - Lavagna),
Liliana Olivero (PTS-MAS) y
Roberto Urquía, Jorge Montoya y Nora Bedano (FPV - CFK).
Pero yo voy a votar a un opositor que no lleva candidato a Presidente y que ya realizó un buen trabajo como Diputado Nacional entre 2001 y 2005: Eduardo García (PS).
Y que además hizo exactamente lo que yo hubiera hecho en el Parque de las Naciones.
[Nota al pie de página] Me abstuve de hacer referencia a la procedencia ideológica y al velettismo de algunos candidatos, y a la situación judicial de otros (caras nuevas incluidas).
Nos vemos en Disney
Hace 8 años.
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