martes, 16 de septiembre de 2008

Trilogía de un Día: el 16 de Septiembre

El 16 de Septiembre de 1955 se sublevaron los militares golpistas, los verdaderos 'gorilas'. En Córdoba, la Escuela de Artillería, con apoyo de elementos de la Aviación de Ejército, se enfrentaba a las unidades de infantería con asiento en la provincia. La Armada, que en junio de ese año había bombardeado a su propio pueblo en Plaza de Mayo, esta vez apuntó sus cañones hacia los puertos bonaerenses. La Fuerza Aérea, en su mayoría leal a Perón, cargó sobre sus espaldas el combate contra la Flota de Mar. Uno de los buques sublevados era el ARA '17 de Octubre', comprado a los Estados Unidos (que lo llamaban USS Phoenix) en 1952 y que fuera hundido treinta años después llevando el nombre con el que todos lo conocen: 'General Belgrano'.

El Almirante Isaac Rojas, ex-peronista, celebra a bordo del Belgrano

Mi abuelo fue uno de los infantes 'leales'. No porque quisiera (desde 1948 en las dependencias donde hubiera un oficial jefe peronista se hacían dos horas diarias de 'adoctrinamiento'), sino porque se lo ordenaron. Total, a esa altura no entendía nada.

Mi abuelo, antes del desfile militar del 9 de julio de 1949

Menos entendía cuando dos días después se despertó en una sala del Hospital Militar, aturdido y desorientado. Lo habían encontrado en un pozo de zorro, inconsciente y cubierto de tierra. Un bombardero inglés Avro Lincoln había pasado a dejarle un mensaje a todos los "peronistas".

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Hoy estuve en el acto de los empleados municipales en la explanada del Palacio 6 de Julio. Allí, Rubén Daniele, Secretario General del gremio, recordó que un día como hoy desaparecieron los jóvenes de "La Noche de los Lápices" y también Atilio López.

¿Y quién fue Atilio López? Ex-Secretario General de UTA y de la CGT Regional, había acompañado a Ricardo Obregón Cano en las elecciones de 1973 en las que vencieron a Víctor Martínez (luego Vice de Alfonsín) y Felipe Celli, de la UCR. O sea que López fue ni más ni menos que el Vicegobernador de la Provincia de Córdoba. Cercano al Gordo Cooke y a la Tendencia Revolucionaria, fue una de las caras visibles del Cordobazo. Agustín Tosco, un marxista que supo ganarse el respeto de los peronistas, proponía acercarse a su sector y rechazaba que al Negro lo fustigasen por el sólo hecho de pertenecer al partido de Perón.

López al micrófono, Tosco a su lado

Así fue hasta que en febrero del '74 la Policía de Córdoba diera un golpe fronteras adentro de las fronteras (el Navarrazo) y anunciara el futuro, el mismo que tardaría dos años en imponerse en el resto del país. El Presidente constitucional que decretó la intervención de la provincia era Juan Domingo Perón. En setiembre de ese año (con el General en los cielos) asumió como interventor el brigadier Lacabanne (cercano a López Rega e Isabelita) y Obregón Cano y el Negro fueron detenidos.

La Triple A lo asesinó acribillándolo con más de 100 balazos, un día como hoy, de 1974.

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El 16 de Septiembre de 1976 fueron secuestrados diez estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata, hecho hoy conocido como 'La Noche de los Lápices'. El suceso tomó estado público recién en 1985, durante el testimonio en el Juicio a las Juntas de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes. Dos años después, la historia del secuestro, tortura y posterior desaparición se hizo película.

Las críticas no tardaron en llegar: que no se ajusta a la verdad, que no muestra 'el otro lado', que acá tengo declaraciones de los protagonistas que dicen lo contrario, que no eran ningunos perejiles, etc.

El carné del boleto estudiantil de Horacio Ungaro, uno de los desaparecidos

Al día de hoy, la película no deja de sorprenderme. Funciona como testimonio mucho, pero muchísimo más allá de lo que muestra.

Primero, los actores de ésa y todas las películas del género (Tragedia Política Argentina) padecen de lo mismo: no pueden meterse en la piel de un genocida. No es que no les salga, es que ni siquiera intentan abordarlo. Y se quedan con la imagen caricaturesca del milico de Rayban oscuros (como Echarri en 'Crónica de una Fuga'). Y eso habla de la incapacidad que tenemos todos para comprender como pasó, que no es ni más ni menos que darnos cuenta de que puede pasar otra vez.

Segundo, es verdad que no se ajusta a los hechos. No sobrevivió uno, sobrevivieron cuatro (¡viste que perdonaban a los que no tenían nada que ver!); ni se los llevaron por el boleto estudiantil. Se los llevaron por oponerse.

Tercero, Claudia Falcone no era una 'perejil' como muestra la película. Chiqui, su hermano (quien en 1976 estaba en el área de Prensa de Montoneros) le dijo a la periodista Viviana Gorbato en 1999: "Cuando se dio la película [...] dije que mi hermana estaba en la clandestinidad con un documento trucho y que respondía a una organización nacional revolucionaria. Eso puso nervioso a todos. No querían escuchar más esas cosas."

No estoy justificando. Ni menos que menos reinvindicando. Estoy desgranando lo necesario para explicarles por qué "La Noche de los Lápices" cuenta mucho más de lo que muestra.

Hace dos años, en el 30º aniversario, Pablo Díaz dio una entrevista. Cuando le preguntaron si el relato de la película se había simplificado para que hubiera 'poca militancia' respondió: "[...] cuando trabajamos en el guión [...] había un marcado miedo de que la gente nos viera culpables por haber militado en una organización política [...] Pero en ese momento trabajábamos contra prejuicios fuertes como el 'por algo será'. Allí razonamos que lo importante era reconstruir valores, porque ninguna sociedad admite fácilmente las cosas que dejó pasar aunque luego le horroricen."

Los '70 asquean. Sobretodo cuando "La Noche de los Lápices" da un testimonio demoledor contra una sociedad que no se hace cargo de sus cagadas.


[Nota del Editor] La historia es un nudo que acerca extremos. El padre de Claudia Falcone fue arrestado y condenado a muerte por la Revolución Libertadora, la que mandó a mi abuelo al Hospital, la misma contra la cual el Negro López estrenó su chapa de dirigente combativo, el mismo Negro López abuelo de un compañero mío, estudiante de medicina del mismo nombre.

2 comentarios:

El Tito dijo...

Muy interesante, por acá te puedo contar que el 16 marca el inicio de la guerra por la independencia, en 1810. Saludos

San Gordelius dijo...

El llamado Grito de Dolores, verdad? Recuerdo haber leído algo, y del Padre Hidalgo que fue uno de los cabecillas de la Revolución.

Algún día postearé sobre los sanpatricios, los Niños Héroes (una historia parecida tenemos aquí con el llamado 'tambor de Tacuarí'), o la invasión francesa.

Tengo sin terminar un post sobre Emiliano Zapata, y me estoy dando cuenta de que nunca colgué alguna de sus frases. Muy mal lo mío.

Se te espera más seguido, mano.