
¿Cuánto dinero habría ganado Roche si hubiera habido Tamiflu en 1918? Con el miedo se arman campañas políticas y se amasan fortunas...
un blog donde no hay fotos de minas en bola, ni videos de minas en bola, ni coherencia, ni visitas tampoco
Salió de la mente de
San Gordelius
a las
4:59 p. m.
1 se anotaron un poroto
Repartí porotazos
Clasificado en: convergencias, foto
El viernes pasado asistí a la primera reposición de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini, en el Teatro del Libertador. Confieso no ser habitué del mismo. Es más, aparte de la vez que no pude ver al Sexteto Mayor en 2001, ésta es la segunda ocasión en que realmente no quería faltar.
La escenografía, fantástica. La Orquesta Sinfónica, maravillosa. Los actores y actrices, fenomenales. Mis favoritos fueron Los Tres Ministros (Ping, Pong y Pang), José Barrile (Timur, padre de Calaf) y Graciela Gyndelfeldt (Liú).
Pero no todo fue una noche de opulento europeísmo. Hasta horas antes del inicio no se sabía si los artistas iban a subir a escena. El motivo: conflictos salariales. Y antes del primer acorde, el locutor se encargó de comunicarle al público las vicisitudes de los cuerpos oficiales.
El Gobierno les ofrece un 5% de "aumento" como insisten en llamarlo los medios, haciéndose los nabos con la inflación. Está claro que con ese "aumento" no les alcanza para pagar sus clases de canto, mantener en condiciones sus instrumentos y por si fuera poco, mandar los chicos al colegio.
Es fácil culpar al Gobierno. Pero en realidad, ese es el lugar que tiene la cultura para los cordobeses. Si los músicos hacen paro no le importa a nadie (a menos que sean reggaetoneros). ¿Quién se va a quejar de no poder escuchar una orquesta que suena tan bien como la Filarmónica de Viena? ¿O de no poder ver una puesta en escena que no tiene nada que envidiarle a la Metropolitana de Nueva York? Y sobre todo, ¿quién va a aplaudir que todo esto se logre con tan sólo dos pesos?
Salió de la mente de
San Gordelius
a las
10:24 a. m.
0
se anotaron un poroto
Repartí porotazos
"Humor is laughing at what you haven't got when you ought to have it."
Salió de la mente de
San Gordelius
a las
12:28 p. m.
2
se anotaron un poroto
Repartí porotazos
Ayer a las 20.30 murió el tercer Presidente que me tocó sufrir en la vida. Después de Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Benito Antonio Bignone; Raúl Ricardo Alfonsín se encargó, a fuerza de actos multitudinarios, de llenar mis primeros recuerdos relacionados a la política. Sentado en el piso del comedor de mi abuela Marta escuchaba, jugando con mi camioncito rojo Duravit y sin comprender del todo, a ese señor de bigote que, transpirado desde un estrado, ordenaba "un médico a mi derecha".
En la memoria de esos días también recuerdo al fantástico balcón del departamento de la avenida Colón. Si bien llegué tarde para las marchas de Agustín Tosco o el asesinato de Santiago Pampillón, estuve a tiempo para ver a las huestes progresistas que saludaron al Papamóvil en 1986 y al desfile militar de 1988.
Pero no llegué tan tarde como para escuchar y ver a los arbolitos en la puerta del supermercado Morelos en la híper de 1989. En esa esquina hoy hay un Banco Francés. Oui, Menem n'a fait.
Salió de la mente de
San Gordelius
a las
3:30 a. m.
0
se anotaron un poroto
Repartí porotazos