- ¿Huele eso señora?
El camino hacia la verdad y la justicia que inició la administración Kirchner arremetió de lleno contra los militares que cometieron crímenes durante la llamada "guerra contra la subversión", que incluye no sólo al período comprendido durante la última dictadura militar sino a las acciones de represión ilegal que para la Justicia, cada vez se iniciaron más tempranamente. Gracias a que el tema se puso sobre el tapete, se derogaron las injustas leyes de Obediencia Debida y Punto Final, así como los indultos menemistas de 1989 y 1990. Todos "logros" de la camarilla militar que en cuatro levantamientos (sí, cuatro: Semana Santa, Monte Caseros, Villa Martelli y el sangriento combate de Palermo en 1990) presionó a las autoridades de turno que por temor o por idiotez, les otorgó el ansiado "perdón". Algunos hasta creen que la "primavera democrática" se terminó aquel abril de 1987 cuando centenares de argentinos acampaban en los portones de Campo de Mayo y su Presidente los traicionó.
- Si... huele horrible...
Ha sido pura y exclusivamente gracias al caballito de batalla de Kirchner que volvieron a prisión, aunque sea domiciliaria, los ex-militares Videla, Massera (casi en estado vegetativo), Riveros, Palacios, Ricchieri, Pasquini, Luciano Benjamín Menéndez, Anaya, Checchi, Astiz (en prisión VIP en la Base Naval de Zárate), Losito, el emblemático Etchecolatz y tantos más que no llegan a configurar ni el 10% de los implicados en la historia negra reciente de la Argentina. Y seguramente cada vez se irá ampliando más la lista de coroneles y generales "privados de su libertad".
- ¿Qué será?
Con la causa de la Triple "A" y la CNU (Convergencia Nacional Universitaria) en marcha, se avizora un panorama alentador para el esclarecimiento no sólo de los crímenes puntuales, sino de la responsabilidad que a cada actor social le cabe: los colaboracionistas, los entregadores, las fuerzas de seguridad, los gremios, los centros estudiantiles, los empresarios, Perón... y las organizaciones guerrilleras. ¿Sabía usted que en diciembre del año pasado la jueza María Servini de Cubría (que anda dando vueltas por Tribunales desde el Proceso) sobreseyó al periodista Horacio Verbitsky y varios ex montoneros por el atentado a la Superintendencia de la Policía Federal en 1976 que dejó una veintena de muertos y casi 70 heridos? No, seguro que no lo sabe. Los canales de televisión no dicen nada. Ni los diarios tampoco. Cuando sea noticia, no se los va a poder enjuiciar porque ya fueron sobreseídos en esa causa. Y aunque sea emblemático por ser el atentado en el que más gente perdió la vida en los '70, es sólo un caso. La diferencia entre crímenes "de Estado" y "comunes" no le importa a las víctimas. Ni al Estatuto de Roma.
- Me parece que es olor a podrido.
La Ley de Amnistía de 1973 favoreció a miles de condenados por la Justicia Civil que, tras haber sido encarcelados por delitos "comunes" tales como robo de bancos y secuestros, fueron indultados porque para Cámpora eran "presos políticos". La misma excusa utilizaron las defensas de Seineldín, Rico, Firmenich, Vaca Narvaja, Perdía, Gorriarán Merlo y los presos por el copamiento al Regimiento de La Tablada (que por cierto cumplen condena en cárceles comunes). La Historia ama las paradojas.
- No, es olor a muerto.
Nuestro sistema judicial está en el quinto subsuelo. Es imposible hoy encontrar a alguien que crea en él. Primero encarceló a los guerrilleros devenidos en criminales. Luego avaló los indultos de Cámpora y el Parlamento suicida. Después enjuició y encarceló a los máximos responsables del Proceso de Reorganización Nacional. Y también los indultó. Peor, los "perdonó". Lo mismo pasó con los líderes guerrilleros. Hoy se está revisando el período comprendido en los años de plomo y parece ser que definitivamente nos encaminamos a ser la única democracia del mundo que juzga y encarcela a los asesinos que precisamente se lo negaron a los que pretendían derrotar. Mejor dicho, a los que pretendían desaparecer -y que de hecho lo hicieron-. Y aunque no pretendo reflotar la Teoría de los Dos Demonios, simplista y engañosa, habrá que ver si en un futuro no muy lejano juzgaremos a personajes que también concibieron la violencia en la política como el antedicho Verbitsky, Norberto Habbeger, Miguel Bonasso (Diputado Nacional), Jorge Obeid (gobernador de Santa Fe), Jorge Busti (reciente ex-gobernador de Entre Ríos), Eduardo Luis Duhalde (Secretario de Derechos Humanos), Patricia Bullrich... Sólo así la Justicia prevalecerá. Aunque llegue tardísimo como siempre.
Pero me olvidaba de lo más importante. ¿Recuerda usted que hacía mientras ocurrían los hechos arriba mencionados? ¿Se acuerda usted que pasaba dentro suyo ese martes a la mañana de 1976, ese 24 de marzo?
- Señora, fíjese en el ropero. Me parece que el olor viene de ahí.
El camino hacia la verdad y la justicia que inició la administración Kirchner arremetió de lleno contra los militares que cometieron crímenes durante la llamada "guerra contra la subversión", que incluye no sólo al período comprendido durante la última dictadura militar sino a las acciones de represión ilegal que para la Justicia, cada vez se iniciaron más tempranamente. Gracias a que el tema se puso sobre el tapete, se derogaron las injustas leyes de Obediencia Debida y Punto Final, así como los indultos menemistas de 1989 y 1990. Todos "logros" de la camarilla militar que en cuatro levantamientos (sí, cuatro: Semana Santa, Monte Caseros, Villa Martelli y el sangriento combate de Palermo en 1990) presionó a las autoridades de turno que por temor o por idiotez, les otorgó el ansiado "perdón". Algunos hasta creen que la "primavera democrática" se terminó aquel abril de 1987 cuando centenares de argentinos acampaban en los portones de Campo de Mayo y su Presidente los traicionó.
- Si... huele horrible...
Ha sido pura y exclusivamente gracias al caballito de batalla de Kirchner que volvieron a prisión, aunque sea domiciliaria, los ex-militares Videla, Massera (casi en estado vegetativo), Riveros, Palacios, Ricchieri, Pasquini, Luciano Benjamín Menéndez, Anaya, Checchi, Astiz (en prisión VIP en la Base Naval de Zárate), Losito, el emblemático Etchecolatz y tantos más que no llegan a configurar ni el 10% de los implicados en la historia negra reciente de la Argentina. Y seguramente cada vez se irá ampliando más la lista de coroneles y generales "privados de su libertad".
- ¿Qué será?
Con la causa de la Triple "A" y la CNU (Convergencia Nacional Universitaria) en marcha, se avizora un panorama alentador para el esclarecimiento no sólo de los crímenes puntuales, sino de la responsabilidad que a cada actor social le cabe: los colaboracionistas, los entregadores, las fuerzas de seguridad, los gremios, los centros estudiantiles, los empresarios, Perón... y las organizaciones guerrilleras. ¿Sabía usted que en diciembre del año pasado la jueza María Servini de Cubría (que anda dando vueltas por Tribunales desde el Proceso) sobreseyó al periodista Horacio Verbitsky y varios ex montoneros por el atentado a la Superintendencia de la Policía Federal en 1976 que dejó una veintena de muertos y casi 70 heridos? No, seguro que no lo sabe. Los canales de televisión no dicen nada. Ni los diarios tampoco. Cuando sea noticia, no se los va a poder enjuiciar porque ya fueron sobreseídos en esa causa. Y aunque sea emblemático por ser el atentado en el que más gente perdió la vida en los '70, es sólo un caso. La diferencia entre crímenes "de Estado" y "comunes" no le importa a las víctimas. Ni al Estatuto de Roma.
- Me parece que es olor a podrido.
La Ley de Amnistía de 1973 favoreció a miles de condenados por la Justicia Civil que, tras haber sido encarcelados por delitos "comunes" tales como robo de bancos y secuestros, fueron indultados porque para Cámpora eran "presos políticos". La misma excusa utilizaron las defensas de Seineldín, Rico, Firmenich, Vaca Narvaja, Perdía, Gorriarán Merlo y los presos por el copamiento al Regimiento de La Tablada (que por cierto cumplen condena en cárceles comunes). La Historia ama las paradojas.
- No, es olor a muerto.
Nuestro sistema judicial está en el quinto subsuelo. Es imposible hoy encontrar a alguien que crea en él. Primero encarceló a los guerrilleros devenidos en criminales. Luego avaló los indultos de Cámpora y el Parlamento suicida. Después enjuició y encarceló a los máximos responsables del Proceso de Reorganización Nacional. Y también los indultó. Peor, los "perdonó". Lo mismo pasó con los líderes guerrilleros. Hoy se está revisando el período comprendido en los años de plomo y parece ser que definitivamente nos encaminamos a ser la única democracia del mundo que juzga y encarcela a los asesinos que precisamente se lo negaron a los que pretendían derrotar. Mejor dicho, a los que pretendían desaparecer -y que de hecho lo hicieron-. Y aunque no pretendo reflotar la Teoría de los Dos Demonios, simplista y engañosa, habrá que ver si en un futuro no muy lejano juzgaremos a personajes que también concibieron la violencia en la política como el antedicho Verbitsky, Norberto Habbeger, Miguel Bonasso (Diputado Nacional), Jorge Obeid (gobernador de Santa Fe), Jorge Busti (reciente ex-gobernador de Entre Ríos), Eduardo Luis Duhalde (Secretario de Derechos Humanos), Patricia Bullrich... Sólo así la Justicia prevalecerá. Aunque llegue tardísimo como siempre.
Pero me olvidaba de lo más importante. ¿Recuerda usted que hacía mientras ocurrían los hechos arriba mencionados? ¿Se acuerda usted que pasaba dentro suyo ese martes a la mañana de 1976, ese 24 de marzo?
- Señora, fíjese en el ropero. Me parece que el olor viene de ahí.
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